Lucía Baquedano: Cinco panes de cebada, SM, 2014, 175 págs.
El libro es una novela realista ambientada en la España rural, de mediados del siglo XX, en un pueblecito del pirineo navarro.
El libro se divide en 16 capítulos.
Capítulo 1: presentación
de la protagonista, Muriel, que, a raíz de su destinación como maestra
de escuela se encuentra obligada a dejar su ciudad, Pamplona, e irse a
ejercer a un pueblecito perdido en las montañas navarras. Expresa su
desazón y su tristeza, ya que al llegar de noche y después de un viaje
en autobús exhausto no podía valorar donde se encontraba. También
influye en su ánimo el enterarse de que por llegar ella ha desplazado de
su habitación al cura del pueblo, José Mari, debido a que ningún vecino
del pueblo la había querido alojar en su casa. Además, también se
presentan estos personajes: Pello, hombre de la casa casado con Isabel y
la abuela, de la que Muriel se encariña por el afecto que le demuestra
desde el primer día (a Muriel le impacta su pelo blanco).
Capítulo 2: cambio
de perspectiva al enfrentarse, por la mañana, con un pueblecito rural,
pero lleno de encanto donde se encontraba una parroquia preciosa y un
paisaje rico en vegetación. Lo único que le desagradaba era la escuela
que estaba hecha una ruina y sería su lugar de trabajo.
Capítulo 3: encuentra
que Dios ha puesto en su camino el pueblecito de Beirechea para que
ella pudiera realizar su labor como docente. Relación con el médico,
Miguel, Ana Mari y Fermín Goñi. Aprende a ir en bicicleta, que se la
envía su hermano Jaime, desde Pamplona, gracias a José Mari, el cura del
pueblo. Esto le permite más libertad de movimiento y relacionarse con
la juventud de Beirechea.
Capítulo 4: llega
la Navidad y se queda en el pueblo debido a las fuertes nevadas. En la
primera nevada nace su ahijada que es la hija de Isabel, la mujer de la
casa donde reside. Todos los del pueblo se portan muy bien con ella en
las Navidades para que no encuentre a faltar a su familia.
Capítulo 5:
visita de Muriel a la casa de Marta, chica de siete años que nunca iba a
la escuela de Beirechea. La casa es la más bonita que había visto y
ella cree que vive allí un viejo ateo porque no lleva la niña a la
escuela. Muriel tiene miedo a las vacas y debido a ello sufre un pequeño
accidente con la bicicleta, cosa que la avergüenza delante de Javier y
de dos alumnos suyos. Le surge la idea de abrir una biblioteca en la
escuela para mostrar la importancia de la lectura. Busca en su memoria
sus libros infantiles que puedan ayudar a sus alumnos y buscar buenos
clásicos adaptados.
Capítulo 6:
llegan los libros 2 cajas muy pesadas, necesita ayuda para cogerlas. Se
da cuenta de que a sus alumnos les gustan los libros de miedo y realiza
la táctica de préstamo semanal. Bibliotecaria para todo un trimestre
como premio. Mejor resumen archivado. Vacaciones de Semana Santa los
escolanos le esconden la maleta y el bolso por miedo a que no vuelva y
luego, al saber que volverá, la ayudan todos.
Capítulo 7:
llega a Pamplona donde se encuentra con su hermana, Sylvia, y con su
novio, Carlos. En la ciudad hay muchas tiendas en comparación con
Beirechea que solo tiene una. Le cuenta a su hermana todo lo bueno del
pueblo y le dice: "Todo lo bonito del pueblo es natural". Debido a la
expresión facial que su hermana le estaba haciendo y por miedo a que no
la entendiera, Muriel, deja de contar más cosas buenas sobre el pueblo
donde ahora reside. Echaba de menos la escuela, los niños y sobre todo a
la abuela. Muriel se siente agobiada y encuentra a las chicas de allí
vacías. En general, compara el pueblo y la ciudad y sale ganando el
pueblo. No consigue muchos libros. Al subir al bus se encuentra a Arive
quien la cohibía cuando cruzaban las miradas, pero que la ayuda en el
trayecto con los libros y cediéndole su asiento. Pello le dice a Muriel:
"Los chiquitos han rezado por las noches para que volviera", cosa que
la emociona.
Capítulo 8: su
hermana, Sylvia, va al pueblo y le dice a Muriel que ha encontrado un
puesto de trabajo en una escuela de Pamplona. Esta noticia a Muriel no
le gusta porque no está preparada, quizás hace tiempo sí, pero ahora no,
no quería irse, se sentía necesaria y feliz. Sylvia, no lo comprende y
le dice que ahí no tiene porvenir. Se cuestiona por qué la gente marcha
del pueblo al hacerse mayor. Dice: "quiero ser maestra de pueblo" [...]
"me creo más necesaria aquí que en cualquier otro lugar". Se avergüenza
cuando su hermana se va del pueblo con su novio en su deportivo amarillo
canario. Ahora la escuela la había elegido ella. Al domingo siguiente
se presentan sus padres, pero se van contentos con su decisión de
quedarse. Su padre le dice: "Sigue pues adelante hija".
Capítulo 9: van
de excursión en la que tanto los mayores como los pequeños pasan un
buen día, pero pierde la máquina de fotos de su hermano y un jersey. Al
día siguiente se pierde al ir a buscarlos y Javier la encuentra, bajo la
lluvia. Intentan volver al pueblo y se cogen de la mano para evitar que
Muriel no resbale. Lo huele y huele muy bien. Javier le confiesa que sí
que tiene una hermana llamada Marta, pero le dice que no tiene 7 años
sino 27 y es madre de familia. La lista que le dio el alcalde estaba mal
hecha y esto les hace reir a los dos. Al volver al pueblo piensa que le
ha ocurrido lo más bonito de su vida y que en vez de pedalear la
bicicleta está volando. Al día siguiente, se encuentra a Javier, quien
le da su jersey y su cámara fotográfica. Ella se fija en sus ojos
oscuros y en su sonrisa.
Capítulo 10: ninguno de los mayores había hecho los deberes aquel día, decían que no lo entendían.
Llega una inspectora y los alumnos no dejan de decir disparates y esto
avergüenza a Muriel. Al final la inspectora le dice: "Espero que la
próxima visita los niños estén más preparados". Le dice que es muy joven
y que debe esmerarse con sus alumnos porque son tontos. Muriel los
defiende a todos y cuando termina la inspectora le dice que es muy
importante que los quiera, pero que está aquí para enseñar y ella para
evaluar lo que saben. Fermín le confiesa que la quiere. Ella le dice que
no lo quiere así que lo siente mucho. Luego se encuentra a Miguel, el
médico, quien le pregunta si se quiere casar con él. Ella no contesta y
ha perdido a sus dos mejores amigos. Miguel insiste, pero ella le
contesta que siempre será solo un amigo para ella.
Capítulo 11: Ana Mari y Santi se hacen novios, Fermín la esquiva y ella esquiva a Miguel. Don José Mari le dice que se preocupa por su soledad.
Ella le dice que se quiere ir y él le dice que no puede hacer eso
porque haya tenido un día malo. Le recomienda salir de casa y al cambiar
de ambiente sabrá la respuesta de seguir o no en la escuela. Ella
obedece y se va en bicicleta. Jaime viene de visita, su llegada la anima
muchísimo. Se acaba la escuela y deja de ver a Javier. Se va a casa y
le parece raro no tener que hacer nada, se siente extraña porque nadie
la necesita. Luego, al acabar las vacaciones de verano, días antes de
que empiece el colegio, vuelve a aquel pequeño pueblo donde Dios la
había enviado.
Capítulo 12: pinta
la escuela de blanco y debido a una gotera se ve obligada a pintar un
sol para disimularla. A partir de entonces, pinta las paredes con
dibujos con los potes de la tía Mariana. Luego, se pone con los marcos
de las ventanas. Llega un tractor con Javier el cual está sorprendido
por el trabajo que ha hecho ella en esa escuela. Muriel se pone muy
contenta cuando, de repente, Javier le pregunta por qué ha venido a este
pueblo si nadie nunca le reconocerá nada, incluso algunos le dirán que
seguro que lo ha hecho para cobrar. Le cuenta que un día él también tuvo
ilusión de unirse con todos los vecinos y ayudarse, pero que ahora ya
no. Ella le dice que luchará por sus alumnos y que la cabeza no sirve
solo para colgar la boina. Javier le dice que ella se irá, que las
chicas como ella, solo se casan con los médicos y ella le dice que se
casará con quien quiera. Al día siguiente, Javier lleva una brocha nueva
y unas cintas engomadas para no manchar las ventanas. Al final, él la
ayuda a pintar y le pregunta si tiene novio y ella también, los dos
contestan que no. El capítulo acaba con una risa compartida entre los
dos personajes.
Capítulo 13: la
lectura en el pueblo está mal vista. Muriel forma la Biblioteca para
los padres y José consigue, a partir de la escritura de una carta, que
una editorial les envie 12 volúmenes de una colección de animales.
Capítulo 14: Javier
explica su vida a Muriel y crititca la postura de los padres que no se
abren a las nuevas tecnologías para aplicar a los trabajos agrícolas.
Muriel se vuelve más coqueta debido a que Javier le dice que le gustan
sus ojos.
Capítulo 15: primer
gran problema de la escuela: Teresa Iparraguirre, su mejor alumna, le
dice que tiene que dejar la escuela para ayudar a su padre en el campo.
Ella le pide ayuda porque quiere seguir estudiando haciendo el
bachillerato. El problema se soluciona cuando Javier Arive ofrece su
sembradora a Joaquín, padre de Teresa, para sembrar en 3 o 4 días.
Entonces es cuando Joaquín acepta que Teresa estudie y se vaya a
Pamplona. Muriel se acuerda de su tía Mariana y la petición que esta le
hizo para buscar a una persona que la ayudara con las tareas domésticas,
ofreciéndole este puesto a Teresa para que pueda pagarse los estudios.
Capítulo 16: se
cambian las tornas, ya no se habla mal de Javier, sino que se habla mal
de Joaquín porque antes lo criticaba por sus ideas modernas y ahora
había aceptado su ayuda para que su hija Teresa fuera a estudiar. Teresa
se va del pueblo. El libro acaba con la declaración de amor de Javier
hacia Muriel y la respuesta correspondida de ella y sus planes de futuro
sembrando cebada (de aquí el nombre del libro) en relación al milagro
realizado por Jesús cuando, en el sermón de la montaña, repartió cinco
panes de cebada y dos peces, alimentando a cinco mil personas.
Finalmente,
la protagonista logra su objetivo de ejercer como maestra aunque no en
el sitio que ella había pensado, que era la gran ciudad.